LA CONFERENCIA FARM TO FORK EUROPE EXPLORA LOS BIOESTIMULANTES VEGETALES EN EL CONTEXTO MUNDIAL

Hoy más que nunca, el mercado agroalimentario se encuentra en el centro de una combinación única de perspectivas económicas, medioambientales, sociales y normativas. Del difícil contexto geopolítico al cambio climático, de las nuevas tecnologías a la búsqueda de la sostenibilidad.

En este escenario se celebró del 21 al 23 de junio la segunda edición de la Conferencia Farm to Fork Europe, organizada por EBIC (Consejo Europeo de la Industria de Bioestimulantes) y New AG International. Fue un evento híbrido: en línea y en directo en persona desde Atenas, en Grecia.

El tema de la conferencia fue "Bioestimulantes vegetales y soluciones agrícolas sostenibles en el contexto mundial: iniciativas visionarias para impulsar su estrategia de futuro". Representantes de instituciones, investigadores y altos ejecutivos de los sectores de bioestimulantes, bioagricultura y agrotecnología afines cerraron la brecha entre cuestiones estratégicas y críticas para el negocio y abordaron los obstáculos normativos que impiden el acceso al mercado.

El programa de la conferencia se organizó en torno a cuatro sesiones temáticas: la primera, dedicada a la geopolítica de la alimentación y la agricultura; la segunda, a los bioestimulantes, los insumos agrícolas y el cambio climático; la tercera, a los bioestimulantes y el fomento de la salud del suelo; y la última, a "qué significan hoy en Europa los alimentos para todos".

PRIMERA SESIÓN: GEOPOLÍTICA DE LA ALIMENTACIÓN Y LA AGRICULTURA

La conferencia se abrió con el análisis de un tema de máxima actualidad: la influencia de la geopolítica y la geoeconomía en el sistema agroalimentario. Europa está inmersa en una guerra geoeconómica de desgaste con Rusia. Ya en pie de guerra para contrarrestar los avances de Moscú hacia el oeste de Ucrania, Europa se ve ahora presionada para evitar que una crisis migratoria masiva provocada por la hambruna llegue a sus costas meridionales desde el norte de África. La geopolítica, la geoeconomía y el cambio climático interactúan con el nexo entre alimentos, agua y energía. Mientras la agricultura se las arregla para producir suficientes alimentos sanos para alimentar a una población creciente en este contexto en constante cambio y con inestabilidad y conflictos, los bioestimulantes han surgido como una tecnología esencial que añadir a la caja de herramientas.

SEGUNDA SESIÓN: BIOESTIMULANTES, INSUMOS AGRÍCOLAS Y CAMBIO CLIMÁTICO

Los bioestimulantes y el cambio climático fueron el tema central de la segunda sesión de la conferencia. El cambio climático es, con diferencia, la mayor amenaza para la estabilidad económica y la prosperidad en el futuro. En esta sesión se analizó cómo gestionar los objetivos relacionados con el clima dentro de la producción alimentaria y las dificultades de alcanzarlos sin añadir bioestimulantes a la mezcla. De hecho, los bioestimulantes ayudan a los agricultores a adaptarse a la volatilidad del clima gracias a su capacidad de mejorar la tolerancia de las plantas al estrés abiótico, como temperaturas extremas, sequía, salinidad, etcétera. Los agricultores se benefician en un momento en que el clima es menos predecible y necesitan ayuda para salvaguardar los rendimientos frente a las duras condiciones de cultivo. Además, los bioestimulantes y los productos biológicos no sólo pueden hacer frente al cambio climático y a las condiciones meteorológicas extremas, sino también mitigarlos. Por ejemplo, aumentando la biomasa (aérea y subterránea), secuestrando carbono y optimizando formas de carbono resistentes a la oxidación.

TERCERA SESIÓN: BIOESTIMULANTES Y FOMENTO DE LA SALUD DEL SUELO

La salud del suelo es la base de la salud medioambiental, humana y animal. El suelo es la interfaz entre la calidad del aire y del agua, influye en la calidad del aire y del agua utilizada para el consumo humano, animal y el riego. El deterioro de la salud del suelo adopta varias formas, como la erosión, la pérdida de carbono orgánico, el cambio del pH, la reducción de la biodiversidad, la extracción de nutrientes, la salinización, la compactación y la contaminación. Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, la degradación del suelo ha reducido la productividad del 23% de la superficie terrestre mundial. En respuesta, la UE lanzó su "estrategia del suelo para 2030" como uno de los principales resultados de la estrategia de biodiversidad de la UE (parte del Pacto Verde Europeo). Los bioestimulantes, combinados con buenas prácticas agronómicas, pueden ayudar a los agricultores a restaurar y preservar la salud, la fertilidad y la biodiversidad del suelo. Estas soluciones deben incluirse en un plan global de gestión de los suelos con una perspectiva a medio plazo que garantice la productividad a largo plazo.

CUARTA SESIÓN: ¿QUÉ SIGNIFICA "ALIMENTOS PARA TODOS EN LA EUROPA DE HOY"?

El último día de la conferencia se dedicó a debatir "qué significa hoy en Europa la alimentación para todos". Lo primero que se destacó fue que se trata de una cuestión más amplia, ya que Europa ha demostrado ser fundamental en el suministro mundial de alimentos. Existen interconexiones en Europa que son increíblemente importantes para el suministro mundial de alimentos. Además, Europa es también el destino de muchas importaciones procedentes de países en desarrollo. Por lo tanto, no es posible alcanzar el desarrollo sostenible sin transformar los sistemas alimentarios a nivel mundial.

Pero la pregunta principal era: "la nueva crisis alimentaria, ¿cómo pueden ayudar los bioestimulantes?"

Los suministros de fertilizantes son escasos y sus precios están en máximos históricos. Al mejorar la eficiencia en el uso de nutrientes, los bioestimulantes vegetales pueden reducir el desperdicio de nutrientes aplicados. Una mayor eficiencia en el uso de nutrientes también se traduce en una mejora de la rentabilidad de la inversión del agricultor, ya que se cosechan más de los euros gastados en fertilizantes. La mejora de la nutrición también se traduce en una mejora de la calidad de la producción, lo que significa que los agricultores pueden obtener precios más altos. Al ayudar a los cultivos a hacer frente al calor, la sequía y otras condiciones adversas, los bioestimulantes vegetales evitan el desperdicio de nutrientes que se produciría si una cosecha se arruinara por el mal tiempo. Con la limitación de las exportaciones ucranianas y rusas de cereales, oleaginosas y otros cultivos básicos, el fracaso de las cosechas de otros grandes proveedores tendría consecuencias trágicas a escala mundial.

La segunda edición de la Farm to Fork Conference fue una magnífica oportunidad para reflexionar sobre el papel de los bioestimulantes en el contexto mundial y sobre los retos que deberá afrontar la agricultura en los próximos años. El gran interés y la elevada participación confirman el creciente interés por esta prometedora categoría de productos.

La Conferencia "De la granja al tenedor" volverá el año que viene.